6 de enero
Dando vueltas toda la noche sin dormir.
Cada año era igual, saltaba de mi cama antes amanecer, bajaba corriendo las escaleras con el corazón golpeando muy fuerte...
Buscaba mi nombre en los paquetes, primero en los grandes y luego si no había suerte en los pequeños, la ansiedad rompiendo el papel, los ojitos brillando de alegría...
Los regalos no eran todos los de la carta o la ilusión, pero siempre siempre había emoción.
Y siempre había magia.
Unos reyes difrazados de madre, entre sonriente y dormida, mas dormida que sonriente, disfrutaba de nuestras caritas.
El misterio se evaporó con los años, antes de darme cuenta, aunque la ilusión se quedó guardada para siempre.
Y una noche regresó la magia...
también una noche de enero...
Y soñé hasta soñar que volaba...
Y me desperté cruzando el atlántico...
Otro vez la ansiedad, otra vez sin dormir, y otra vez el corazón golpeando fuerte...
Guardé mi pasaporte mientras trataba de descubrir unos ojitos... esos ojitos, los mismos de la foto, los mismos de mi sueño.
Ahora frente a mí.
Y el abrazo con medio beso, luego el beso, y temblar de emoción...
Y despues un cafecito,
lleno de primeros encuentros,
de buscar palabras y recuerdos...
Y el domingo con gente nueva, calles de verdad,
besos de colores y más abrazos, nos fue ganando con su sol suave...
y asi fuimos desenredando las noches sin sabor,
y buscando las mesas con cafe (pero sin lluvia) de nuestra rutina recién estrenada...
y gastamos hasta la última hora sin dormir
y caminamos hasta que las piernas no podían más de tanta realidad,
y los ojos luchaban por vernos un segundo más...
Y como si fuera el último día, fue el primero...
Y como si fuera Montevideo, fue Barcelona...
Y como si fuera un 6 de enero...
fue tu sonrisa
mi mejor regalo.
Cada año era igual, saltaba de mi cama antes amanecer, bajaba corriendo las escaleras con el corazón golpeando muy fuerte...
Buscaba mi nombre en los paquetes, primero en los grandes y luego si no había suerte en los pequeños, la ansiedad rompiendo el papel, los ojitos brillando de alegría...
Los regalos no eran todos los de la carta o la ilusión, pero siempre siempre había emoción.
Y siempre había magia.
Unos reyes difrazados de madre, entre sonriente y dormida, mas dormida que sonriente, disfrutaba de nuestras caritas.
El misterio se evaporó con los años, antes de darme cuenta, aunque la ilusión se quedó guardada para siempre.
Y una noche regresó la magia...
también una noche de enero...
Y soñé hasta soñar que volaba...
Y me desperté cruzando el atlántico...
Otro vez la ansiedad, otra vez sin dormir, y otra vez el corazón golpeando fuerte...
Guardé mi pasaporte mientras trataba de descubrir unos ojitos... esos ojitos, los mismos de la foto, los mismos de mi sueño.
Ahora frente a mí.
Y el abrazo con medio beso, luego el beso, y temblar de emoción...
Y despues un cafecito,
lleno de primeros encuentros,
de buscar palabras y recuerdos...
Y el domingo con gente nueva, calles de verdad,
besos de colores y más abrazos, nos fue ganando con su sol suave...
y asi fuimos desenredando las noches sin sabor,
y buscando las mesas con cafe (pero sin lluvia) de nuestra rutina recién estrenada...
y gastamos hasta la última hora sin dormir
y caminamos hasta que las piernas no podían más de tanta realidad,
y los ojos luchaban por vernos un segundo más...
Y como si fuera el último día, fue el primero...
Y como si fuera Montevideo, fue Barcelona...
Y como si fuera un 6 de enero...
fue tu sonrisa
mi mejor regalo.
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